sábado, 18 de abril de 2015

Las TIC y el limón

Hace unas semanas iniciamos una propuesta de formación para la integración de las TIC en la enseñanza del inglés como lengua extranjera. Para dar inicio, les propuse pensar en todo lo que las TIC y el limón tienen en común…

El limón es agrio – muy agrio. Nuestra primera reacción cuando probamos limón suele ser de rechazo pero aún así somos muchos los que superamos esa primera reacción y decidimos que tal vez el limón no sea tan malo… algo bueno debe tener.

El limón es delicioso. Seguramente haya gente que no piense lo mismo pero a mí hay comidas con limón que me gustan mucho: el lemon pie, el helado de limón, las galletitas con relleno de limón, el tereré… y no es lo mismo si cambiamos el limón por otro ingrediente.

El limón es invisible. No resulta un ingrediente fundamental en la mayoría de los casos, más bien lo consumimos como algo que está pero no se ve, que realza los sabores pero no se nota. Tan invisible es el limón que no se nos ocurriría cocinar en función del limón, en todo caso pensamos en hacer unas milanesas y después vemos si tenemos limón.

El limón es ubicuo: está en todas partes. No solo conocemos el limón como algo que se puede comer, sino que también lo usamos en detergentes, perfumes, aromatizantes, blanqueador de ropa, antitranspirante y varios usos más…

El limón es algo personal. Si bien podemos decir que muchas personas agregan limón a sus comidas, no hay una regla que diga qué comidas quedan más ricas con limón, pude ser té, milanesas, sopa, empanadas, algunas gaseosas y bebidas alcohólicas… Pero no cabe duda de que esta decisión es muy personal (yo no podría tomar sopa con limón, prefiero el queso rallado).

El limón es necesario. Cuando alguien sufre de anemia, por ejemplo, es común que se le recomiende que consuma las carnes con limón ya que éste ayuda al cuerpo aprovechar el hierro. También nos recomiendan el limón para bajar de peso, para curar la garganta, para quitar manchas… y si bien uno puede continuar sin el limón, hay que reconocer que no es lo mismo… al menos para esas funciones.

Entiendo que las TIC tienen mucho en común con el limón. 

Nuestra primera reacción ante una nueva aplicación, un nuevo sistema operativo, una nueva forma de usar las TIC puede ser de rechazo, porque nos cambia eso a lo que estamos acostumbrados. 

Pero una vez que “le encontramos la vuelta” podemos acceder a posibilidades nuevas, podemos generar cosas que no serían posibles sin TIC. 

Al igual que el limón las TIC son –o deberían ser– invisibles, no son el centro de nuestra atención sino que son un aliado, un medio, una cultura en un contexto mucho más amplio. Algo igual que el limón, las TIC son ubicuas, están en casa, en el trabajo, en el subte y por supuesto en la escuela. 

El uso de las TIC en el aula es muy personal, es una de las tantas decisiones que tomamos como docentes… decidimos cómo usarlas, para qué, con quién y cuándo en función de nuestros propósitos de enseñanza. Y tal vez un colega prefiere usarlas para algo que nosotros no las usaríamos, y eso es parte de lo personal en el uso de las TIC. Por último, las TIC son necesarias. 

No para todo, pero para algunas actividades debemos reconocer que las TIC son esenciales. Así como el cuerpo aprovecha mejor el hierro cuando viene acompañado con limón, nuestros estudiantes podrán aprovechar mejor algunas situaciones de aprendizaje si se piensan mediadas con TIC.


Sugerencias para seguir en el tema…
  • Buckingham, D. (2008). Más allá de la tecnología. Buenos Aires: Manantial.
  • Harris, J. (2012, julio 12). Judi Harris explica su modelo TPACK y nos invita a Chile. Video para el encuentro educare, Santiago de Chile. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=DcfG3jsbywc
  • Litwin, E. (2008). El oficio del docente y las nuevas tecnologías: herramientas, apremios y experticias. Educação Unisinos, 12(3) 167-173  doi: 10.4013/edu.20083.01
  • Maggio, M. (2012). Enriquecer la enseñanza. Buenos Aires: Paidós.