Hace unas semanas iniciamos una propuesta de formación para
la integración de las
TIC en la enseñanza del inglés como lengua extranjera.
Para dar inicio, les propuse pensar en todo lo que las TIC y el limón tienen en
común…
El limón es
agrio
– muy agrio. Nuestra primera reacción cuando probamos limón suele ser de
rechazo pero aún así somos muchos
los que superamos esa primera reacción y decidimos que tal vez el limón no sea
tan malo… algo bueno debe tener.
El limón es delicioso.
Seguramente haya gente que no piense lo mismo pero a mí hay comidas con limón
que me gustan mucho: el lemon pie, el helado de limón, las galletitas con
relleno de limón, el tereré… y no es lo mismo si cambiamos el limón por otro
ingrediente.
El limón es invisible.
No resulta un ingrediente fundamental en la mayoría de los casos, más bien lo
consumimos como algo que está pero no se ve, que realza los sabores pero no se
nota. Tan invisible es el limón que no se nos ocurriría cocinar en función del
limón, en todo caso pensamos en hacer unas milanesas y después vemos si tenemos
limón.
El limón es ubicuo:
está en todas partes. No solo conocemos el limón como algo que se puede comer,
sino que también lo usamos en detergentes, perfumes, aromatizantes, blanqueador
de ropa, antitranspirante y varios usos más…
El limón es algo personal.
Si bien podemos decir que muchas personas agregan limón a sus comidas, no hay una
regla que diga qué comidas quedan más ricas con limón, pude ser té, milanesas, sopa,
empanadas, algunas gaseosas y bebidas alcohólicas… Pero no cabe duda de que
esta decisión es muy personal (yo no podría tomar sopa con limón, prefiero el
queso rallado).
El limón es necesario.
Cuando alguien sufre de anemia, por ejemplo, es común que se le recomiende que
consuma las carnes con limón ya que éste ayuda al cuerpo aprovechar el hierro. También
nos recomiendan el limón para bajar de peso, para curar la garganta, para
quitar manchas… y si bien uno puede continuar sin el limón, hay que reconocer
que no es lo mismo… al menos para esas funciones.
Entiendo que las TIC tienen mucho en común con el limón.
Nuestra primera reacción ante una nueva aplicación, un nuevo sistema operativo,
una nueva forma de usar las TIC puede ser de rechazo, porque nos cambia eso a
lo que estamos acostumbrados.
Pero una vez que “le encontramos la vuelta”
podemos acceder a posibilidades nuevas, podemos generar cosas que no serían
posibles sin TIC.
Al igual que el limón las TIC son –o deberían ser–
invisibles, no son el centro de nuestra atención sino que son un aliado, un
medio, una cultura en un contexto mucho más amplio. Algo igual que el limón, las
TIC son ubicuas, están en casa, en el trabajo, en el subte y por supuesto en la
escuela.
El uso de las TIC en el aula es muy personal, es una de las tantas
decisiones que tomamos como docentes… decidimos cómo usarlas, para qué, con
quién y cuándo en función de nuestros propósitos de enseñanza. Y tal vez un
colega prefiere usarlas para algo que nosotros no las usaríamos, y eso es parte
de lo personal en el uso de las TIC. Por último, las TIC son necesarias.
No
para todo, pero para algunas actividades debemos reconocer que las TIC son
esenciales. Así como el cuerpo aprovecha mejor el hierro cuando viene
acompañado con limón, nuestros estudiantes podrán aprovechar mejor algunas
situaciones de aprendizaje si se piensan mediadas con TIC.
Sugerencias para seguir en el tema…
- Buckingham, D. (2008). Más allá de la
tecnología. Buenos Aires: Manantial.
- Harris, J. (2012, julio 12). Judi Harris explica su modelo
TPACK y nos invita a Chile. Video para el encuentro educare, Santiago de Chile.
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=DcfG3jsbywc
- Litwin, E.
(2008). El oficio del docente y las nuevas tecnologías: herramientas, apremios
y experticias. Educação Unisinos, 12(3)
167-173 doi: 10.4013/edu.20083.01
- Maggio, M. (2012). Enriquecer la
enseñanza. Buenos Aires: Paidós.